De niño, cual Iker Jiménez de segunda, sentía debilidad por lo desconocido, lo bizarro y lo oculto. Tal día como hoy hace exactamente 20 años tuve el mayor impacto emocional de mi corta vida. Aún se me ponen los pelos como escarpias al recordar aquel vaso lleno de agua donde flotaba la dentadura de mi tía Amparo.En ese encuentro fortuito e inesperado, esa mañana de lunes en el inodoro de mi casa, no se atrevió a pronunciar palabra (la dentadura), y eso que la noche anterior no callaba, ni siquiera con la boca llena de pato a la orange que mi madre había preparado.
Por eso Shirtcity celebra esta semana la efeméride del día de la dentadura como mejor saben hacer, con una camiseta.
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